2020-01-24

Dinero, Artistas, Política, Cultura, Deuda, Secretaría

Si este no es el peor de los mundos del neoliberalismo, entonces no sé de dónde viene la creación del pago a una empresa par realizar las funciones sustantivas de una Secretaría de Estado. 

Sin embargo hay varios temas que se desprenden de imponer este sistema y de mostrar la incapacidad para realizar funciones que antes eran las que se ejercían cotidianamente. PRIMERO:  la SC tiene una Dirección jurídica, una Dirección General de Administración que debieran elaborar las acciones para las que contratan a una empresa externa, la pegunta es, entonces ¿Qué hacen? 

SEGUNDO, contravienen algo que dice el presidente y su gobierno haber combatido: el outsourcing, sólo significa que este gobierno no tiene la menor institucionalidad y que puede cínicamente mentirla a la sociedad sobre lo que declara y lo que hace; TERCERO Además de la precarización que sufren los trabajadores de la cultura, se ha implantado un sistema que de facto conculca sus derechos laborales y sus derechos culturales: ya no existen las prestaciones laborales y qué decir de un seguro de gastos médicos o un sistema de pensiones: NADA; CUARTO, Si la SC ha renunciado al conjunto de programas sustantivos, entre ellos lleva una política cultural a nivel federal y tener casi un programa único, por 400 millones de pesos (2019) y ni así pagan, la pregunta es ¿que hicieron con 5300 MDP centralizados? ¿Dónde quedó todo ese dinero si no lograron pagar ni siquiera lo totalidad del contrato con Viajes Premier? 

¿Quién o cómo tuvo un usufructo ilegal de ese dinero, que forma parte del presupuesto autorizado de la dependencia? ¿Por qué la Secretaria Frausto no sabe nada de un tema que debiera estar en sus manos o de Omar Monroy, titular de la Unidad de Administración? ¿Por qué están pagando a cuenta del presupuesto de 2020? Este último tema es el de mayor relevancia, ya que todo se desprende del mismo modus operandi que está poniendo en crisis al sector público en nuestro país y que no es más que un desvío descomunal de recursos públicos.

No puede seguirse con este caótico y discrecional  ejercicio de los recursos públicos. Debiera haber sanciones por los perjuicios provocados a los artistas y trabajadores de la cultura.

Nota del Grupo Cultura  y Arte CDMX 

Suscribe : Amilcar Venegas Cisneros
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