2021-08-17

INCIERTO RETORNO A CLASES

Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Zacatecas, son estados en los que el pasado 6 de junio hubo elecciones y en la mayoría los partidos que perdieron van a entregar la gubernatura morenistas. El plazo para que tomen posesión no es el mismo. Unos están a punto; lo harán en los primeros días de septiembre y otros, como Guerrero, la ceremonia para tal fin será dentro de dos meses, el 15 de octubre.

El dato respecto a la asunción de los nuevos mandatarios estatales, pareciera irrelevante, ajeno al reto del retorno a clases. No es así. Al menos es una desventaja para atender como debieran el llamado del presidente de la República y la SEP. Son gobernadores electos, pero sin el poder que da la investidura. Los que tienen la responsabilidad institucional de hacer lo que corresponde, son los gobernantes y secretarios estatales de educación en funciones, que están por entregar y luego por supuesto tendrán que retirarse. Precisamente ese es el problema en estos momentos.


 Los próximos, carecen de facultades legales y los que están por irse, pueden decir lo que quieran, pero en sí les falta ánimo, interés político y sobre todo carecen de recursos para atender las contingencias de los planteles escolares. Saben que por algo los ciudadanos decidieron no votar por los candidatos que perdieron. Bajo esta circunstancia, llamamiento y argumentos de López Obrador para retornar a las clases presenciales, sustentados en la experiencia internacional y las recomendaciones de la Unicef para que la niñez y los jóvenes no continúen sufriendo problemas derivados del prolongado confinamiento ante la falta de socialización y convivencia que prodiga el ambiente escolar, además del retraso en los aprendizajes, simplemente no tienen eco o éste se distorsiona en casi la mitad de territorio nacional. En Chiapas, Oaxaca y Ciudad de México no habrá alternancia, pero la presencia de maestros de la CNTE en esas entidades, cuya estrategia de movilización con o sin pandemia, no cambia ni da tregua, contribuye eficazmente a la incertidumbre. 


Ejemplo claro lo tenemos aquí en la entidad. La secretaria, Delfina Gómez Álvarez, informa que han tenido reuniones con los secretarios de educación de los estados para valorar la situación y tomar los acuerdos pertinentes para que el regreso a las aulas sea previendo y cuidando a los alumnos. Consultar a los maestros y los padres de familia ha sido la recomendación. Sin embargo, ¿cuál ha sido la respuesta del titular de la SEG, Heriberto Huicochea Vázquez? Quien lleve algún registro de las declaraciones del funcionario, constatará que no se corresponden a las líneas de los acuerdos a nivel central. Mientras allá dijeron: aun habiendo retroceso en el color del semáforo las clases van, aquí la respuesta fue “el retorno está en veremos”; “según sondeos y encuestas, la mitad quiere y la mitad no quiere, tanto padres de familia como maestros”. Todavía la semana anterior, Huicochea Vázquez manifestó que la vuelta no será forzada sino resultado de un consenso entre padres y madres de familia y los maestros integrados en comités de salud.


Sin embargo, la información que trascendieron algunos medios de comunicación es que, la SEG, solamente busca armonizar con la CETEG. Para lograrlo incluso, tuvo que conceder y autorizar plazas a familiares cercanos de dos dirigentes de esa agrupación sindical, mismos que fueron denunciados y desconocidos por el resto de sus compañeros. Obviamente esa no es la vía correcta, pero es por la que las autoridades de Guerrero optaron siempre. ¿Acaso el Acuerdo Nacional del SNTE para apoyar y sumarse al regreso a clases, fue posible porque los dirigentes recibieron algo específico de AMLO? Alfonso Cepeda, en la mañanera, la razón que expuso fue: reconociendo el esfuerzo para dar certeza laboral a más de 400 mil trabajadores interinos, que el magisterio fue considerado un sector prioritario en la vacunación y porque estamos enterados que en otros países, por la pandemia, hubo despidos mientras que aquí eso no ha ocurrido y tuvimos, además, aumento salarial en el 2020 y en este año 2021. Al parecer las cosas han cambiado. Ahora resulta que demuestran más congruencia “los charros” que los maestros “de lucha” llamados “democráticos”.

El asunto es que aquí, los que están por salir tal vez hasta desean adelantar la fecha de toma de posesión para que los que vienen se encarguen de la problemática del sector educativo. Un acuerdo mayoritario se promueve; con mayor razón y muchísima dedicación el consenso. Ni uno ni otro llegan haciendo puras declaraciones. Hay mecanismos y una estructura que opera el servicio de la SEG: Jefes de Departamento, Delegados en las regiones, Jefes de Sector, Supervisores de Zona, Directores de escuela y en cada una de ellas debe haber alguien del comité de la sociedad de padres familia. No hay señales de que a la estructura y menos a los padres de familia realmente hayan sido consultado. ¿Para qué? A ellos hay que darles indicaciones. Suelen decir.  Así, lo único seguro, es el retorno incierto a clases. A penas ayudará la instrucción reciente del gobernador Héctor Astudillo. Lamentable que ya no lo acompañen en la misma sintonía.

 Álvaro Venegas Sánchez | Columnista