De Marcos Cipac de Aquino se sabe que nació el 4 de junio de 1517, en el seno de una familia mexica, que creció educado en el catolicismo y que estaba casado con Lucia Juárez, con quien tuvo tres hijos. Ejercía el oficio de escribano, o «tlacuilo» y era, además, artista plástico. Pintaba unos cuadros muy bellos, llenos de color y de realismo. Se le atribuye a Marcos, entre otras obras, el escudo de armas de santo Tomás de Aquino. Se cree que murió en la década de los 80 del siglo XVI.
Ahora bien, pasemos a recordar los hechos que dieron con la imagen de la Virgen de Guadalupe que todos conocemos hoy, y luego volvemos a Marcos Cipac.
Se dice que a principios de la década de los años 30 del siglo XVI se dieron varias apariciones de la Virgen de Guadalupe (recordemos que la original Virgen de Guadalupe tenía su origen en Extremadura, España), acompañadas siempre de grandes milagros. Una de estas apariciones, según se dice la más importante, es la que tuvo lugar ante un personaje conocido con el nombre de Juan Diego, al cual, según la leyenda, la Virgen le pidió que hiciera erigir en el lugar de su aparición una ermita.
Supuestamente, Juan Diego tuvo que rogarles a los obispos que autorizaran la construcción del templo, los cuales finalmente acabaron cediendo. Cuando la edificación ya estaba terminada, se dice que Juan llenó de rosas su tilma para ofrecérselas al Obispo y que, cuando la vació, quedó impregnada la imagen de la Virgen de Guadalupe en su ayate.Sin embargo, hay quienes dicen que la pintura habría sido ordenada por Fray Alonso de Montúfar, segundo obispo de Nueva España, a Marcos Cipac de Aquino, en la década de 1550.
Esta aseveración se basa, en primer lugar, en que el propio manto está firmado por Marcos Aquino, a los ojos de cualquier buena lupa. De igual forma, se conserva por escrito un sermón pronunciado por Fray Francisco de Bustamante ante el Virrey, el 8 de septiembre de 1556, en la Capilla de San Jos, en la que el padre Bustamante critica fervientemente el culto guadalupano, y afirma que la imagen del ayate había sido pintada por el nativo Marcos Cipac de Aquino.
El técnico llegó a la conclusión de que el manto -de 1,7 metros de altura y 1 metro de anchura- es una tela mezcla de lino y cáñamo y que los pigmentos -a base de cochinilla, sulfato de calcio y hollín- son los empleados en el siglo XVI.
Eso lo noté desde la primera vez que intervine. Y estoy seguro de que otros intervinieron después de mí”. La pregunta entonces es: ¿Cuántas personas han redibujado la supuesta imagen de la virgen en el manto durante estos siglos?
La imagen está pintada sobre una tela de lino y cáñamo. Tradicionalmente se ha dicho que esta obra está ejecutada sobre el lienzo desnudo; esto es totalmente falso, pues es evidente al examen ocular la presencia de una preparación de color blanco, de un grosor que podría considerarse medio y aplicada irregularmente.
La pintura es dibujada usando diversas variantes de la técnica modernamente conocida como temple. Una de ellas, la usada en manto y ropaje, fue empleada en el siglo XVI con el nombre de aguazo, derivada de las técnicas en la pintura de las llamadas sargas y presupone el realizar la pintura sobre el lienzo humedecido ligeramente para facilitar la fijación del color.
Lo cierto es que todas las pruebas señalan a Marcos Cipac de Aquino como el autor de la imagen. La investigación más antigua en la que encontramos una referencia al autor del lienzo es de 1556, cuando Francisco de Bustamante relacionó el culto guadalupano del Tepeyac, al adoratorio ubicado en el mismo sitio y dedicado a Tonantzin.Bustamante calificó al culto guadalupano como “superstición e idolatría”, ante la Real Audiencia y el Virrey pronunció, en un sermón en el que también dijo que: “la devoción que esta ciudad ha tomado en una ermita en casa de Nuestra Señora que han intitulado de Guadalupe, es un gran perjuicio de los naturales, porque les da a entender que hace milagros aquella imagen que pintó el indio Marcos”. Quien claramente no era otro que Marcos Cipac de Aquino, llamado también Marcos Griego.
Francisco de Bustamante siempre se pronunció en contra de que se les hiciera creer a los nativos que aquella pintura había sido un milagro. Sobre todo porque donde está ahora la basílica se encontraba el templo de Tonantzin, el cual habían derribado para poner en su lugar el de Guadalupe.
Compilación Amilcar Venegas Cisneros Promotor Cultural Productor Visual Tallerista en Artes Plásticas Estado de Guerrero México página de Facebook:
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