2021-01-25

HARTARON LAS MAÑANERAS A PONIATOWSKA

 

Álvaro Venegas Sánchez.

A los obradoristas, cayó como agua helada la repentina petición de Elena Poniatowska. En tono y forma de adversaria furibunda, pidió al presidente de la República que ya pare sus conferencias matutinas. Pregunta si no se da cuenta que se expone así mismo, tiene al borde del hartazgo a los mexicanos y es un abuso que los periodistas tengan que desvelarse para estar a la siete de mañana en Palacio Nacional para hacer preguntas a modo. Con palabras más o palabras menos, la respetable y apreciada escritora formuló su exigencia. ¿Simple mal humor pasajero u opinión de verdad? Quien sabe, pero qué maravilla; prestó un servicio excelente a los que se oponen al gobierno de la 4T.


Ha sido reconocida en México y a nivel internacional con premios de renombre. Poniatowska, desde siempre ha compaginado labor periodística y producción literaria haciéndose presente de esa manera en las mejores causas del pueblo de México, obviamente alejada del poder. Por ejemplo, describió escenas y narro desgracias sobre el cismo de 1985 tanto como sobre las causas del conflicto en Chipas de 1994. De sus crónicas testimoniales, posiblemente las más leídas La Noche del Tlaltelolco, relacionada con la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968, Hasta no verte Jesús mío y Fuerte es el silencio

De la gama de sus novelas, Tinísima, escrita para guión de una película a petición de Gabriel Figueroa, que nunca se filmó, es un recuento interior de una vida en que el arte, la militancia y el amor se disputan el alma y el cuerpo de una mujer. Destacan también Flor de Lis, El ultimo guajolote, La piel del cielo, Leonora, entre otras. Por todo ello, López Obrador la admira y no perdió la compostura. Al contrario, manifestó respeto, cariño y envió un abrazo a Elenita.



En las redes sociales, era de esperarse, fue diferente. Los seguidores de AMLO no perdonaron que a estas alturas termine sumándose a los que lo atacan y exigen suspender las mañaneras. Para contener la tendencia de aquellos que aprovecharon el dislate, en uso de la libertad de expresión la cuestionaron sin contemplaciones. Defendieron con argumentos y de paso la llamaron Denise Poniatowska y Carmen Poniatowska Aristegui.

En referencia a la crítica permanente de la columnista de la revista Proceso y la supuesta deslealtad de Carmen Aristegui; quien, despedida de su programa de radio por la información que puso al descubierto la existencia de La Casa Blanca, de Peña Nieto y Angélica Rivera, regresó, (dijeron) gracias a la intervención de Obrador. Claro, entre los fans también hubo llamados a la tolerancia; a comprender y reconocer que, “entre el presidente y Elenita, de seguro existen entendimiento y fuertes lazos de aprecio mutuo”.

¿Disgustan las mañaneras? Es probable. Mi experiencia personal es que no aguanto verlas todo el tiempo cuando un periodista hace preguntas hechas el día anterior o han hecho otros varias veces y hacen caer al presidente en respuestas ampliadas, pero igualmente repetitivas. El ambiente se vicia.

Enfada que un reportero pregunte y quiera le contesten como él quiere y no como el mandatario considera. En ocasiones, por momentos, parece más una asamblea sin moderador que una conferencia de prensa; interrumpen de forma grosera al presidente y hacen diálogo sobre las respuestas. Ha habido días en que la mañanera la lleva un solo reportero o reportera, porque quieren informe de todo. Sobre el tema de salud, dispusieron un horario especial por la tarde con el doctor López-Gatell y otros doctores en el mismo lugar. Sin embargo, prefieren cuestionar al presidente en la mañana. Seguro no agrada el estilo de Gatell porque suele tratar de evitar repetir información: “bueno eso ya lo explicamos, pero con todo gusto lo vuelvo a explicar”; y esta forma respetuosa y decente quizás no les gusta.

Es una pena que a Elena Poniatowska las conferencias mañaneras le hayan causado aburrimiento; pero de eso a que sean inútiles o tengan fines aviesos para la armonía, la conciliación y el bien del país, hay una enorme diferencia. Al final ¿cómo podría AMLO armonizar y conciliar con activos personajes políticos que defienden intereses particulares y el pasado de privilegios para pocos? ¿Qué podría ofrecer para sumarlos y tenerlos contentos sin trastocar el proyecto de transformación que está impulsando y por el cual ha luchado toda la vida?

Las voces de todos los que rechazan sus políticas ni duda cabe, avalan y comparten la opinión de Denise Dresser. Para ella, “la mañanera será muchas cosas, pero no es una conferencia de prensa, es una simulación. López Obrador la usa para acusar sin pruebas, para atacar a periodistas y a medios de comunicación. No es un ejemplo de transparencia democrática, es un abuso de poder. No es un foro para la rendición de cuentas, es una misa. No es ejercicio circular de información, sino de genuflexión (sumisión, adoración).

No se informa, se recluta. No se presenta un panorama honesto del país y de quien lo gobierna, se rinde pleitesía”. (En fin, según Dresser) “la mañanera constituye un ejemplo de propaganda para defender al gobierno y denostar a la oposición”.

Por eso cada día, cuando el presidente se refiere a los conservadores, aunque no mencione a nadie por el nombre ni estén a la vista, se sienten aludidos, ofuscados. Creo que Elena Poniatowska no pertenece a esa especie. Confiemos en que va reivindicarse. Los defensores de la 4T y de la figura presidencial sólo tienen que respetar el derecho de libertad de expresión. Es y debe ser esencial en la transformación que anhelamos los mexicanos.

Iguala, Gro., 25 de enero del 2021.

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